miércoles, 9 de diciembre de 2009

¿Me las seco con papel o con el secador eléctrico?


Por Pilar Portero

Me lavo las manos en el cuarto de baño del Congreso de los Diputados y me asalta una duda tremenda. ¿Qué es mejor para el medio ambiente? ¿Me seco las manos con papel o bajo estruendoso chorro de aire caliente? Mientras el mundo mundial trata en Copenhague de rellenar los espacios en blanco del documento final para limpiar su conciencia mediática, aquí en la Cámara se hacen futuribles sobre la energía a 25 años vista.

Sus señorías, cuya máxima preocupación debe ser que no salten los plomos, escuchan a los mandamases del sector. Esos que con sus incentivos publicitarios abonan su presencia en la prensa. El consejero delegado de Gas Natural- Unión Fenosa, Rafael Villaseca, está inquieto. No sabe que su público -los diputados- no son demasiado exigentes. Espera en la puerta de la subcomisión a puerta cerrada a que salga José Ignacio Sánchez Galán, presidente y consejero delegado de Iberdrola, y flipa con la de periodistas que esperan escuchar sus palabras. Normal, es que la energía no suele provocar mucho morbo.

Pero estamos en la semana verde en la que la esperanza en que EEUU y China hagan un gestito y firmen una de mínimos en política de reducción de emisiones se interpreta como el milagro antes de Navidad. La realidad sobre el cumplimiento de los compromisos de Kyoto entre los que lo suscribieron en diciembre de 1997 y el fraude en el tráfico de los derechos de emisión de CO2 es droga dura.

Galán, el de Iberdrola, se deja querer por las cámaras y los reporteros. Y da una de cal y otra de arena. Resumiendo: "Somos la primera empresa en renovables a nivel mundial. De aquí a 2020 no se necesita más generación pero si invertir en redes de distribución e interconexiones internacionales -con Francia, Portugal, Marruecos, etc-, unos 50.000 millones de euros. De 2020 a 2030 la inversión que se precisa será de 60.000 millones de euros siempre que se mantenga la energía nuclear, si no habrá que aumentarla hasta los 95.000 millones de euros. De toda esa energía 18.000 megavatios tendrán que salir de las renovables pero no olvidemos que necesitan un soporte detrás, por si no luce el sol o no sopla el viento, y ese son las centrales de gas". Y claro, no van a soltar tanta pasta si no existe un pacto de Estado que garantice "estabilidad". ¿En qué quedamos? ¿Por qué tipo de energía hay que apostar?

Opto por no lavarme las manos -metáfora al canto-. Y apago la luz y el ordenador.
El verde funde en negro.

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