miércoles, 21 de julio de 2010

Al 'león enjaulado' Cascos no le dejan salir por si el aznarismo vuelve

Por Pilar Portero
María Porto, la tercera mujer de Paco Alvarez Cascos, debe estar que trina. Ella que había confesado a los más allegados su alivio porque parecía que su marido -al ha definido en varias ocasiones como 'un león enjaulado'- regresaba al meollo político como candidato por Asturias, ha visto frustradas sus expectativas. El sector crítico se lo apunta a la lista de agravios.

¿Crees que Cascos será el candidato en las próximas autonómicas del Principado?, le pregunté a Aznar hace un mes en un acto de exaltación del espíritu crítico que tanto gusta organizar a el sector menos ferviente a Rajoy. El ex presidente del Gobierno se quedó un segundo desorientado porque creía que tenía enfrente a una fan, pero enseguida reaccionó: "Seguro que será candidato, es la mejor opción", respondió. Acto seguido, interrogué a Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Mariano: "Eso habrá que verlo, todavía no se ha decidido nada. De verdad, no se qué va a pasar". En realidad, el asunto lo había tratado unos días antes con uno de los hombres de confianza de Aznar, quien también estaba convencido de que Paco podría por fin regresar al espacio público, hacer campaña y tener una coartada para difundir sus opiniones con la cobertura mediática que garantiza ser candidato oficial.

Así que en cuanto hablaba con un pepero conocido le sorprendía con la surrealista pesquisa. En las últimas semanas me he hecho con una notable colección de opiniones a favor y en contra. La más reciente me la mandó por mail el mismo día del Debate sobre el Estado un asesor del círculo más cercano a Rajoy al que anteriormente le había dado la vara con este tema: "¿Has visto como al final la cosa no estaba tan cerrada como te sugerían algunos? Ya te dije que había que esperar porque el jefe no había tomado una decisión.". Lo que se traduce en que en Génova tenían claro que no iban a dejar salir al león de su jaula. Al enemigo ni agua.

La operativa para cercenar la ambición de Paco Cascos, que en palabras de un fiel a Rajoy "estaba llegando demasiado lejos", se ha consumado con el comunicado de la dirección regional hace sólo unos días en el las juntas más importantes hacen frente común ante el invasor según aducen "por su manera de hacer las cosas" -sin contar con el beneplácito de los dirigentes asturianos- y porque suponía, según ellos, un peligro para la unidad del partido en el Principado. Cascos se había autoproclamado candidato recabando el apoyo de los alcaldes más influyentes quienes firmaron un manifiesto el pasado abril que han vuelto a ratificar, y así se paseaba por el Principado pero su política de hechos consumados se le ha torcido. Aunque lo que le ha frenado, seamos realistas, no ha sido el cabreo de sus rivales sino los planes de la dirección nacional, que no piensa dejar ni una rendija no vaya a ser que los vientos del pasado se les lleven por delante.

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